Es triste como la sociedad va perdiendo la capacidad de razonar políticamente; todo se reduce a revanchismo hueco, sin fondo, con letanías repetidas de un lado y de otro de una polarización inventada sostenida por quienes impiden el desarrollo de una nueva democracia.
Es que no se puede esperar otra cosa en estos tiempos, en los que no importa las ideas sino la satisfacción enferma de aferrarse a “verdades” que terminan siendo la tumba de la razón.
Un país polarizado ente dos sectores que comparten la misma naturaleza ruín, corrupta, arribista, delincuencial, que hacen todo por aferrarse al poder a cuento de ser los salvadores de la nación; sectores que comparten las delicias de la vida burguesa sin conciencia; vida ganada a punta del engaño, la manipulación, el circo barato; y ellos quieren aparecer como con intereses contrarios, pero que en el fondo responden a una misma práctica contra los más pobres y necesitados de la sociedad.
Pasada la payasada llamada consulta popular, siguen las voces estridentes, los rostros de la mentira, los sin conciencia siendo los elegidos, por esta enferma sociedad como gobierno y oposición, y sobre ellos construyen el destino macabro para millones de ecuatorianos.


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