lunes, 19 de enero de 2009

VERDE AGUA: EL COLOR DE LOS REFORMISTAS

Cerca del proceso electoral, las ciudades aparecen inundadas de nombres y rostros de los candidatos del movimiento oficial AP. A la vieja manera de las campañas, de las que parecía habernos sacudido los ecuatorianos, aparecen rostros mostrando sus mejores sonrisas, con miradas, que aunque intenten ocultar, reflejan un claro síntoma de ambición, la misma que ha movido por décadas a los políticos profesionales. En esas fotografías reflejan las intenciones de llegar a los cargos públicos. En la mayoría de propagandas aparece la figura del presidente Rafael Correa, en todos los casos al lado del candidato, como que con su imagen avalará una segura victoria del candidato promocionado. Nada parece haber cambiado en este país en las campañas electorales: miles de dólares derrochados en hojas volantes, calendarios, camisetas, cuñas; que da muestra de la poca creatividad de quienes están detrás de estas "estrategias" de campaña. Es sintomático, una muestra clara de que no se ha producido el cambio en la manera de hacer política, los mismos vicios de la partidocracia están en boga, las mismas argucias para vender una imagen, el trato a los electores como si estuvieran vendiendo una marca, un producto.
El desencanto que produce ver esta recurrente manera de hacer campaña es tal, que mirar el "verde agua" el color del movimiento oficial, causa molestia a quienes recorremos las calles y avenidas de nuestras ciudades. Y los cambios de camisetas son parte de esta avalancha; aparecen nombres de personajes que desde la derecha, la socialdemocracia, la partidocracia más rancia, ahora de cobijan del "verde agua" seguros de que la aceptación de la que todavía goza el presidente garantiza su entrada al apetitoso mundo de los cargos públicos.
Rostros, nombres, eslogans, ofrecimientos, rasgaduras de vestiduras; todo cubierto con el color del movimiento AP, como una nueva maldición para las clases populares, que no necesitan reformistas escudados en un discurso social, sino verdaderos hombres y mujeres nacidos desde el pueblo y que encausen los objetivos del verdadero cambio en la democracia del Ecuador.
Estarán contentos los grupos de poder al ver la actuación de estos candidatos reformistas que aseguran que sus privilegos apenas sean auditados.

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