Para los pueblos del Ecuador identificados con la revolución popular, no nos debe preocupar el giro que van tomando las políticas del gobierno de AP. No nos debe preocupar en el sentido del análisis que parte de la premisa de que si este proyecto político fracasa, la tendencia de izquierda pierde, claro que pierde por un desgaste y mal uso del discurso popular, de abuso de símbolos propios de la herencia de la lucha en las distintas etapas de nuestra historia, pero gana en el sentido de que se refuerza la tesis de que sin cambios extremos, sin desaparición de las relaciones injustas de producción y de la propiedad de los medios de producción a manos del pueblo, toda política social no será más que los parches eternos puestos por le neoliberalismo.
A estas alturas no queda duda de la extracción política y de clase a que representa el gobierno de Correa, ya no caben las justificaciones de que hacerle oposición al proyecto, es hacerle el juego a la derecha, cuando los círculos de poder del gobierno representan la nueva oligarquía tecnócrata que lleva a nuestro país al mantenimiento de las condiciones de explotación y se sumisión de unas clases por otras.
Y definitivamente es falso que esta ha sido una oportunidad para las fuerzas progresistas, incluso reconociendo algunas medidas democráticas de este gobierno, nos que da claro que el cambio será solo posible el día en que las furzas populares presenten un programa verdaderamente revolucionario.
Este proceso de lucha y resistencia se mantine vigente, hoy más que antes con la posibilidad de desenmascarar a los falsos revolucionarios que serán arrollados por la verdadera revolución popular en Ecuador y en América Latina.
viernes, 23 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario