Es historia común en las democracias de la subregión, el hecho de que los discursos de campaña electoral se metamorfoseen una vez que quienes los proclamaron llegan al poder. Y es lugar común que las propuestas derivadas de estos discursos, estén dirigidas a enfrentar las desigualdades sociales, contrarrestar la pobreza, y en general presentar las políticas sociales como el objetivo más importante a cumplir.
No fue la excepción de estos lugares comunes, cuando apareció el candidato Correa. Es más su discurso vino cargado de un plus, que era el ennfrentamiento directo a los causantes de la crisis, y más todavía se abanderó de causas y consignas de la izquierda revolucionaria, impregnando sus propuestas de un antiimperialismo, lucha por la sobebranía, reconocimiento de nuevos actores sociales, y más aditamentos que hacían ver esta propuesta y al candidato como representante del cambio social por el que muchas mujeres y hombres han entregado su vida en este pedazo de América llamado Ecuador.
Y la esperanza se concretizó en el apoyo electoral a Alianza País, y sus candidatos, se concretizó en las urnas en las que el opoyó a la propuesta, se evidenció en el respaldo a la consulta popular y la posterior instalación de la constituyente. Y por último se hizo patente en las alecciones para asambleístas.
Toda esta tendencia electoral no es más que el fiel reflejo de la voluntad de revolucionar las estructuras de poder en nuestro país, no es más que el reflejo de una realidad en la que la mayoría de ecuatorianos buscan mejores conndiciones de vida, es el reflejo de la herencia dejada por los susesivos gobiernos que trabajaron en beneficio de las clases sociales a las que representaron, dejando en la miseria a la mayoría de la población. En estas condiciones y después de décadas de organización y lucha de los sectores populares, como un acumulado de estas refriegas, aparece el candidato como producto de este camino recorrido.
Y es despúes, es ahora que la metamorfosis empieza a ser eviente, auque, claro, desde que se configuró en movimiento Pais, se hizo claro adonde iría este barco, cuando aparecieron los personajes salidos de la tecnocracia social, los antimarxistas, los que siempre han repetido la imposibilidad de hacer la revolución, más claro todavía, aparecieron quienes están enteramente contrarios a la posibilidad de que esta se concrete.
Entonces el gobierno, sus políticas, sus colaboradores comienzan a recorrer el camino que verdaderamente les pertenece, el camino de la contrarevolución. Es evidente que este gobierno lo único que tiene de izquierda es un discurso dislocado, unas políticas sociales populistas y pare de contar. Pero lo que tiene de derecha, es su naturaleza, y claro los grupos de poder, las estructuras del sistema de explotación vigentes, el modelo extractivista vigente, la represión vigente, la corrupción vigente, la derecha contenta por que como diría alguien " la derecha es la más contenta con esta izquierda de la revolución ciudadana".
jueves, 22 de octubre de 2009
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