Parafraseando al presidente Correa, cuando se refiere a la aplicación de la receta neoliberal, por varias décadas en Ecuador y en la mayoría de países de América Latina, a las que se refiere como "la larga noche neoliberal", podemos decir, sin temor a equivocación, que esta larga noche aupó otra, que sirvio para que las sombras del poder corrupto esconda las sucias estrategias de saqueo de los Estados, para hacer de la democracia un juego de intereses.
Parece que entoces se trata de una noche dentro de otra, y no es que la noche sea mala, al contrario, lo que sucede es que estas noches a la que nos referimos son de esas que no tienen aurora, o esta tarda en llegar; y además en estas noches es como si la mayoría dormía mientras se jugaban con los valores de la democracia a espaldas de los pueblos. Es como si nunca fueramos a despertar de una pesadilla en la que se suceden las más atroces injusticias sociales. Y para que se concrete la labor de los dueños del poder, es necesario justamente que las masas se encuentren en un estado de sueño profundo, el que es aprovechado para pasar sobre sus derechos.
Este estado lo consiguen de varias formas, una veces inventando una virtualidad de la realidad en la que los pueblos parecen no comprender lo "complejo" de la política; otras veces con el trabajo de los medios masivos que se encargan de dosificar mensajes que hacen de nuestra percepción un tacho de basura en el que va a parar toda la podredumbre de la sociedad de consumo.
Lo más grave de estas y de otras formas de dominio ideológico, es el resultado que se manifiesta en la desmovilización de la sociedad, referida a la poca o casi nula interpelación al poder, en la poca o casi nula participación política, en la poca o casi nula cultura social relacionada con la capacidad de entender y accionar en el terreno de las relaciones entre los intereses de clase.
Esta situación es grave en la situación que vive América Latina, que es la de una coyuntura en la que aparecen gobiernos de tendencia progresista; y podría parecer contradictorio, pero hay que señalar que ha sido justamente la presión y la organización popular la que ha desembocado en estos procesos, lo que no anula este análisis que trata sobre la necesidad de que estos procesos vayan acompañados de la organización popular. cabe anotar que el proceso en Venezuela tiene algunos ingredientes importantes que hacen de la revolución bolivariana un ejercicio de participación popular, que no se limita a masas que dan vivas a un líder, o grupos de organizaciones políticas que se reunen solamente para mantener vigente a un caudillo...no la participación tiene que ser activa en la construcción de la conciencia política, que dé a los pueblos las herramientas de construcción del socialismo, y que organice verdaderos revolucionarios y revolucionarias al servicio de la causa popular.
Ecuador no es justamente un ejemplo de esto, al contrario en las últimas décadas las organizaciones y partidos de izquierda han sufrido un proceso de adormitamiento de sus bases, producto del trabajo encubierto de la burguesía, pero también hay responsabilidad de sus líderes y bases que no se han preocupado de construirse con más fortaleza, con más conciencia, con más compromiso.
Ahora en estos momento de un gobierno de tintes progresista en Ecuador, se esperaba que este proceso despunte, lamentablemente no ha sido así, al contrario, el gobierno ha manejado el tema desde una posición que no permite el desarrollo de la organización popular y de los movimientos de izquierda identificados con la revolución social, intenta reducirlos a simples comités de apoyo a su gestión, y el peor de los casos desacreditarlos; y del otro lado los movimientos y partidos de izquierda limitan sus acciones a mantener sus estructuras sin la intención de crecer entre la población que todavía está fuera de la militancia, no se hace trabajo de construcción de conciencia de clase.
Es necesario por todo esto despertar de la larga noche de la desmovilización social, y convertirnos todos, en multiplicadores de las ideas, de las acciones de la revolución popular ecuatoriana y de América Latina.
sábado, 23 de enero de 2010
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