Las sociedades cambian, es una ley de la dialéctica. Lo que no asegura la dialéctica es si es este cambio sea una evolución o una involución. Aunque sea un supuesto lo del desarrollo, que señalaría que a más tiempo, más incremento tecnológico, más conocimiento, resutaría mejores situaciones de convivencia, mejores condiciones de interacambio que desemboque en sociedades que despunten en sus cualidades positivas, lo que sucede en las nuestras es el desencanto sobre estas expectativas planteadas.
Muy lejos estamos de ser sociedades en las que la razón sea la ruta de nuestros actos individuales y colectivos, basta caminar por una de nuestras ciudades, por sus calles, para encontrar estampadas en la realidad cotidiana las expresiones más audaces de la sin razón, veamos una estampa: En una esquina donde se cruzan dos avenidas, se detienen los vehículos frente a la luz roja de un semáforo, dentro de uno de estos vehículos va al volante un "dama" cubriendo sus ojos con una gafas oscuras, sus manos sobre el volante dejan ver el brillo de un sinnúmero de anillos, sus ropas desprenden la opulencia, y qué decir de la "nave" en la que viaja. La expresión que lleva en el rostro esta "dama" desprende un astío por lo que rodea, o tal vez por lo que vive; basta un influjo exterior para que esta fustración se haga evidente en señas de agravio contra cualquiera que se cruza en su camino.
Al otro lado, o tal vez en la otra realidad de esta realidad, sobre una de las veredas de la avenida un grupo de niños que llevan su cuerpo y sus ropas sucias, sonríen despreocupadamente en medio del tránsito agobiante, juegan, corren, hablan, gritan, cantan; es un momento de descanso en su trabajo de arrancar una monedas de los conductores frente a los cuales hacen varios actos de habilidades circences. El menosprecio en los ojos de los conductores es la regla general, ellos pronto llegan a sus hogares y encerrados en su seguridad resolveran que el mundo es así.
Asi son nuestras sociedades: donde había un parque, ahora hay un centro comercial; donde había un teatro ahora hay un parqueo de autos; donde antes había un árbol, ahora hay un spot publicitario...dónde había un lugar para la música. ahora hay un Karaoke, y este parece ser el espejo de como se comportan nuestras sociedades, esos lugares donde la gente canta (lee) lo que le pone la pantalla, la sociedad de consumo se comporta igual, repite la sin razón de quienes han construído esta sociedad karaoke.
viernes, 8 de enero de 2010
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