jueves, 14 de enero de 2010

¡Sí somos antiimperialistas!

No mucha sorpresa causan las declaraciones del presidente Correa, cuando ha dicho que en Ecuador no somos anti nada, peor antiimperialistas. Pues se equivoca Correa, o desconoce la larga trayectora de lucha de las clases populares y de los movimientos revolucionarios ecuatorianos, y más atrás, la heróica resistencia indígena contra la colonia, resistencia que se escribió con enfrentamientos constantes contra las fuerzas de la "realeza". O desconoce las gloriosas jornadas de los campesinos en su lucha contra las transnacionales imperialistas.
Es que no causa mucha sorpresa por que quienes hacen parte del poder político del Ecuador actual, jamás estuvieron involucrados en la lucha política, peor militar, contra el imperialismo, muy al contrario hacían y hacen parte de esa clase que vivió a la sombra de los abusos de los gobiernos entreguistas. Luego su instinto arribista les hizo buscar las cuotas del poder, primero en los gobiernos populistas, después en la socialdemocracia, y ahora en la socialdemocracia autodenominada socialismo del siglo XXI.
Y así llegaron sus "almas bondadosas" a preocuparse por los pobres del Ecuador, así llegaron a la academía donde leyeron a los clásicos del marxismo y se convirtieron de la noche a la mañana en "revolucionarios de cafetín" y en sus bohemias noches cantaban la internacional y derramaban lágrimas por la muerte del Che; y alzaban sus puños izquierdos, por que en la mano derecha tenía la copa de whisky, y con el pecho exaltado decían "viva la revolución". Al día siguiente regresaban a ser los burócratas que miran al pueblo sobre el hombro, volvían ser los académicos que criticaban la lucha de los estudiantes, que denostaban contra la violencia revolucionaria, volvían a dar los discursos conciliadores, a decir que ya no es tiempo de lucha de clases, que es la hora de la conciliación social y otras aberraciones.
Y como a todo oportunista le llega su momento, a ellos también; se aprovecharon de las condiciones creadas por la lucha popular, por la razón del pueblo que entregó su sangre por sus conquistas. Y mientras los pueblos se fajaban en la lucha, ellos desde su comodidad se limitaban a "interpretar" desde sus teorías sociológicas.
Y claro, en bandeja les llegó el poder pues las condiciones para un gobierno popular se ha cocinado en las jornadas populares de las que ellos han sido simples expectadores, e incluso en la mayoría de veces contrarios a estas jornadas.
No se puede entonces esperar que sientan en su sangre lo que significa ser antiimperialista, no se los puede acusar de su desarraigo de clase, para ellos la revolución no pasa de ser una constitución democrática, para ellos la revolución no pasa de ser un gobierno con prácticas populistas en el área social. Nunca entenderán que la revolución es más que un discurso o unas consignas vaciadas de su significado.
Entonces no hay equivocación en que ellos no sean antiimperialistas, en lo que se equivocan es en querer endosar ese infantilismo socialdemocráta a los pueblos del Ecuador, los que sí somos antiimperialista, y que nunca arriaremos las banderas de la verdadera revolución popular contra la vieja y nueva burguesía proimperialista.
Correa no tiene derecho a usar la frase del Comandante Erenesto Guevara, pues el Che es uno de los hombres imperialistas más claros y honestos. "Hasta la Victoria siempre" en labios de Correa suena muy lejos del sentimiento revolucionario.

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