
Si se pudiera determinar la cantidad de falsedad existente en el tratamiento de los casos de violencia política y social, sus causas, causantes, motivos y efectos; no alcanzara la mediana razón para poder comprender las dimensiones que adquiere este fenómeno.
Vamos a particularizar el tema de la violencia política, aunque cualquiera con un poco de sentido de observación "sociológica" podrá concluir en que todas las demás manifestaciones de violencia están sujetas, en mayor o menor grado, a razones políticas. Por ejemplo, la violencia doméstica es un reflejo de la sociedad y sus desequilibrios causados por la irracionalidad que respira el sistema.
La violencia política es sopesada de acuerdo a quien la ejerce, así, si una comunidad de un barrio suburbano expresa su protesta por la exclusión de los habitantes a servicios básicos, el tratamiento es que han hecho uso de "actos vandálicos"; pero si se tratara de violencia aplicada por el dueño de una fábrica contra los trabajadores en su comportamiento explotador, simplemente no cuenta siquiera como un hecho de violencia.
A nivel de Estados se repite el tratamiento anterior. Para los países alineados al sistema y al imperialismo, la violencia militarista y sus variadas formas, son de uso exclusivo de sus causas; cuando así es se trata de actos más que justificados, esta muletilla han utilizado a lo largo de décadas de intervencionismo en varios países del mundo, intervenciones que naturalmente han provocado la resistencia de los pueblos sometidos.
Es cuando toda la artillería de la mentira apunta a deslegitimar la fuerza opuesta, con calificativos tan simples, pero que calan profundo en la opinión pública mundial, como cuando se imponen términos como "TERRORISMO" o se crítica, desde su racionalidad, la naturaleza de los Estados, para los que se han inventado los términos de "ESTADOS FALLIDOS" frente a los cuales se justificaría la asistencia de las "Fuerzas reconstructoras de la democracia."
Coincidencia o no, los denominados "Estados fallidos" son los que antiguamente sirvieron como canteras de la acumulación del capital, son las antiguas colonias de los actuales países desarrollados; los cuales aplicaron los más crueles genocidios en nombre de varios disparates que van desde las causas religiosas, en nombre de la civilización, la razón, la superioridad de raza y conocimientos, y más barbaridades que increíblemente hasta hoy se esgrimen como motivos para someter y violar la paz y autodeterminación de los pueblos.
La acción de los dueños de la violencia no podría estar completa sin los Cipayos nacionales, estos son los encargados de preparar el terreno y las condiciones para que sus "superiores" puedan ejercer la sucia tarea de sojuzgar a los pueblos.
Los representantes del "Primer Mundo" seguirán manipulando la ética y la verdad sobre la violencia, por que por nada están dispuestos a un reordenamiento justo de la geopolítica mundial que actualmente protege y promueve el cinismo del imperialismo y sus cipayos.
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