sábado, 7 de agosto de 2010

Desarrollismo o contrainsurgencia


Posesionado el nuevo alfil del imperio en Colombia, comienzan a sonar ya las voces que reclaman la "normalización" de las relaciones entre los gobiernos de Venezuela, Ecuador, con Colombia. Vale recordar que, como en épocas de la colonia, ahora en estos tiempos de neocolonialismo, los conflictos y ruptura de relaciones se dan a nivel de Estados burgueses y sus representantes en los gobiernos, más la relaciones entre los pueblos nunca han sufrido deterioro, al contrario los lazos de historia y resistencia, son lazos fuertes que por siglos mantienen la unidad de los pueblos colombiano y ecuatoriano.
La situación política y social que vive el hermano pueblo colombiano no necesita ser explicada, todo el continente, todo el mundo es testigo del asalto del poder político y económico por parte de las mafias militaristas y su brazo político y militar encarnado en el paramilitarismo, mientras la Colombia profunda expresa la pobreza en más del 70% de la población.
Las grandes cadenas de TV dan cuenta de una situación de crecimiento económico, de un "equilibrio macroeconómico", viejas argucias usadas por el capital internacional para vender como eficiente el modelo, lo que sirve para que en las esferas de la diplomacia burguesa se hable de respeto por el gobierno y los grupos de poder mafiosos.
La verdad es que Colombia es un país desangrado por la violencia que tiene sus causas últimas en la inequidad social, más evidente en la zonas rurales donde los terratenientes siguen haciendo gala de poder e irracionalidad; mientras en las ciudades la pobres han sido lanzados a las calles y avenidas para recoger las migajas del supuesto milagro económico, convirtiendo las ciudades en espejos de una modernidad que se sustenta en la negación de los derechos de millones de seres humanos, mientras se reproducen las estéticas consumistas del llamado primer mundo.
Mientras en Ecuador se desarrolla un modelo económico igual con un rostro político diferente, es decir el mismo fondo con diferente molde. Es otro rostro del capital internacional que en este siglo XXI a desarrollado la capacidad de acuñar rostros, según la necesidad, en cada situación, en cada país, que le permita mantener la explotación, el neocolonialismo, y el saqueo de los recursos naturales como también la explotación de los obreros y trabajadores en aras de sus intereses políticos y económicos.
Desarrollismo desaforado en implantado en Ecuador, desarrollismo que hace la venia, aunque en el teatro de la política se presente como contradictorio, a un Estado que usa el terror, la guerra sucia, la manipulación de los hechos para legitimar sus prácticas delincuenciales del gobierno en Colombia, que con Santos reedita el tiempo en el poder.
De esta manera se sella un pacto oculto entre Estados Burgueses cuyo objetivo último es reprimir la resistencia de los pueblos, detener la arremetida de las organizaciones revolucionarias que día a día luchan por destruir la institucionalidad de las oligarquías nacionales acolitadas por el capitalismo internacional. Pacto en el que resultan enemigo común la insurgencia.
En resumen, tanto el gobierno de Ecuador como el de Colombia, aunque aparezcan diplomaticamente con diferencia políticas, responden a una misma estrategia del poder transnacional encaminada a destruir la resistencia de los pueblos y su lucha por el socialismo en América Latina.
En la foto aparecerán los representantes de este pacto saludándose y deseándose éxito en su tarea común de aplastar la esperanza de los pueblos hermanos. Así queda sellada la línea de un desarrollismo contrainsurgente.

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