sábado, 4 de septiembre de 2010

Capitalismo, violencia y migración


Todos saben que la migración es un fenómeno social tan antiguo como la vida de las primeras comunidades. Migrantes fueron quienes dieron movimiento a la historia de la humanidad, en definitiva la migración ha sido el motor de esta historia.
Mientras más compleja se volvió la sociedad, el fenómeno de la migración fue adquiriendo nuevas características, estas bastante relacionadas con los motivos, pues si en un inicio el ser humano se movió por causas eminentemente materiales, en busca de lugares idóneos para desarrollar su existencia, más tarde estas motivaciones se alimentaron de nuevas necesidades hasta cierto punto creadas por un sistema económico que se alimenta de la mano de obra barata, y de la llamada liberación de esta; liberación que es un producto del desarrollo del capitalismo.
Marx ya lo anunció, cuando se refería a "la liberación de la mano de obra" de las garras del señor feudal, lo que determinó que la mano de obra liberada, por ya no ser necesaria, tenga que migrar para poder sobrevivir.
En el siglo XXI es el neoliberalismo el que se encarga de liberar a la mano de obra como mecanismo de integrarla al mercado laboral, solo que esta integración depende de las necesidades de los dueños de los medios de producción que son quienes en última instancia definen el destino de esta mano de obra "liberada"
Todo esto se desarrolla en el contexto de países que viven en medio de un capitalismo imperfecto, donde millones de personas no son sujetos de crédito, es decir no hacen parte de una dinámica que les es ajena, pero que es la que hace de motor de una economía que los condena a buscar por todos los medios entrar en esta dinámica que paradógicamente es la que los expulsa de sus dominios.
Las asimetrías del sistema a nivel internacional, se reeditan en el plano nacional, en las realidades de los países que hacen de comodines del poder neocolonial en el que se sustenta el capitalismo. Estas asimetrías son las que movilizan a millones de personas a buscar lo que les niega el sistema en los países del centro, por que en la periferia simplemente las posibilidades son nulas.
Una vez que el migrante accede a vender su mano de obra en estos países, de ninguna manera su estatus de explotado se revierte, al contrario se agudiza su situación, con la diferencia de que la remuneración responde a un estado de salarios más altos, que va en relación con la diferencia asimétrica de una economía capitalista frente a economías que corren atrás de ella bajo condiciones injustas de competencia.
Toda esta situación provoca inevitablemente situaciones de violencia. Los países del centro incapaces de asumir las consecuencias de las asimetrías creadas, que son económicas, políticas y sociales, aplican como única política el acorazamiento de sus capitales, de sus espejos con brillo que seducen a los pobres de la periferia, quienes van en busca de lo negado por el sistema en el corazón del mismo.
Las historias de estos millones de migrantes tienen algo en común, y es su desvalorización, su explotación en ambientes racistas en los que son usados para reproducir las condiciones de vida de las clases sociales ricas de estos países. Otra situación común es la ser víctimas de redes de mafias que trafican con las necesidades de la gente, a cambio de cantidades de dinero que les permita, aunque sea momentaneamente, sentirse y vivir como sus amos que son al mismo tiempo sus verdugos.

1 comentario:

Unknown dijo...

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Cati
http://es.globalvoicesonline.org/author/cati-restrepo