viernes, 1 de octubre de 2010

Violencia financiada


Solo las fuerzas y cerebros irracionales de la extrema derecha pudieron preparar tan burdo movimiento atentatorio contra la débil democracia en nuestro país, por medio de la infiltración en la filas policiales, manipulando las demandas de este sector.
La situación política y la correspondiente correlación de fuerzas se presentan bastante confusas, por un lado un gobierno de corte progresista en su discurso y en su política social, pero al mismo tiempo respetuoso de las leyes de mercado y dinámica capitalista en su propuesta, con elementos salidos de las filas de izquierda, gente comprometida con el necesario cambio, y al mismo tiempo elementos de la derecha y la socialdemocracia que comparten el poder.
En este tablero convulsionado están también sectores identificados con la izquierda que hacen oposición al gobierno a quien identifican con una propuesta seudoizquierdista que en lugar de profundizar el proceso hacia posiciones más revolucionarias, ha caído en la dinámica de una socialdemocracia con énfasis en una política social con visos de clientelismo. Entre estos sectores estarían ubicados los sectores indígenas, y otras organizaciones de carácter social.
La derecha agadazapada, con esporádicas acciones políticas se mantiene activa en el papel de detractor del gobierno, aliada con ciertos medios de comunicación que hacen de soporte y eco de sus voces. Junto a estos sectores está también el populismo que aprovecha la confusión de esta correlación de fuerzas para mantenerse con vida, concertando con todos los sectores.
En esta situación lo único que le interesa a la derecha es el fracaso del gobierno, y de seguro existen sectores de ella que están trabajando en derrocar ilegalmente a Correa para instaurar un gobierno identificado directamente con sus intereses.
Para lograrlo cuentan con apoyo logístico del exterior relacionados con las corporaciones imperialistas que ven en Correa un peligro para sus intereses en el país. Hay claras evidencias de infiltración de la USAID y otras organizaciones de su especie, dentro de las filas policiales y militares, con el ánimo de crear animadversión hacia el gobierno nacional, además de mantener estructuras de inteligencia que actúan al margen de la ley al servicio de intereses imperialistas.
El proceso político ecuatoriano ha permitido identificar a estos sectores que actúan tras bastidores y a un alto nivel de embajada de EEUU; actúan mostrando varias facetas o máscaras con el único objetivo de desbaratar las posiciones progresistas revolucionarias que están presentes en varias organizaciones populares y en algunos de los cuadros del gobierno. A estos representantes de la burguesía nacional e internacional le da igual, sus enemigos están en cualquier movimiento que proponga nuevas estructuras políticas, económicas y sociales que democraticen la vida social de nuestros pueblos.
Los tentáculos de lo acontecido alcanzan la intención del imperio de debilitar las organizaciones de los países del sur (ALBA, UNASUR) que van perfilando una política internacional con cierta independencia de los EEUU. En este sentido se pueden interpretar las asonadas en Venezuela, Honduras.
Casa adentro el gobierno está bajo fuego de la derecha fascista y del poder de una burguesía nacional que presiona para que el proceso devenga en alejamiento de la tendencia popular, y de los sectores populares que empujan hacia lo contrario, es decir la profundización de la política soberana y de compromiso con los pobres de la patria.
Luego de la convulsión, los pueblos del Ecuador, el Gobierno, deben, después de la reflexión, aunar acciones para enfrentar a los enemigos comunes: la derecha fascista nacional, y las fuerzas de la conspiración internacional liderada por la CIA.
Al final lograron nuevamente enfrentar hermanos contra hermanos, todo por sus grandes intereses.

No hay comentarios: