miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Ecuatoriano o colombiano?...¡qué más da!


¡Qué más da!... diría uno de esos jóvenes precoces que saben interpretar la realidad fuera de la nefasta influencia de las empresas "medios de comunicación". Cierta ha de ser esta interpretación cuando de violencia y muerte se trata; ¡Que más da!... si el ser humano víctima nació de uno o de otro lado de una frontera. Pero para el poder si pesan ciertos prejuicios raciales o geográficos, por que la verdad es que para el pensamiento y "racionalidad" capitalista es natural que ciertos humanos sean cualificados en base a absurdos, que para ellos son verdaderos criterios de valorización. En este marco se puede interpretar el caso de la nacionalidad, que es tomada en cuenta para colocar en una escala al ser humano. Es esta la base filosófica del capital, la que señala o mide de la misma forma la ganancia o la naturaleza humana, la misma que acelera los procesos de despojo en nombre del crecimiento, la misma que inventa guerras en nombre de la libertad, guerras en las que los muertos los ponen los pueblos que en la mayoría de las veces defiende intereses ajenos, intereses de los mismos verdugos dueños del capital, dueños de los negocios más criminales como son la guerra, la venta de armas, el narcotráfico.
Pero existen guerras peleadas desde el corazón de la resistencia de los pueblos, guerras que se ven obligados a librar por las prácticas de los asesinos profesionales; por el despojo, por la violencia aplicada por los que se niegan a continuar bajo el dominio del sistema que reproduce violencia. Estas guerras, estas resistencias son lideradas por los humildes, por hombres,mujeres, campesinos, gente de la ciudad, que aplican la violencia revolucionaria como vía de reivindicación frente al poder.
La guerra interna del pueblo colombiano es presentada al mundo, por las grandes cadenas de televisión, como una expresión delictiva, terrorista; pastilla que es tragada por la mayoría que no espera el momento para despotricar contra los movimientos políticos-militares. La falsedad de tales manifestaciones es develada todos los días por las acciones genocidas del ejército y la policía a servicio de la burguesía, que actuando fuera de la ley siembran el terror y la violencia en los campos colombianos asesinando a combatientes y población civil en nombre la paz.
En estos días el ejército colombiano, en una de sus ya conocidas operaciones de bombardeo masivo contra posiciones guerrilleras cerca de la frontera, a dado muerte a más de quince combatientes, entre ellos un niño de doce años de edad, al mismo que se le atribuía la nacionalidad ecuatoriana, mientras su madre a declarado que el niño nació en Colombia pero que se encontraba en calidad de refugiado en territorio de Ecuador conjuntamente con su madre.
El caldo de cultivo estaba listo para que se ensañen los medios sensacionalistas con esta desgracia, no faltaron los titulares fuera de foco que solo buscan agradar a los señores del poder, titulares que en ningún caso repararon en el drama humano de un niño víctima de un bombardeo, sino que más preocupados estaban en establecer la nacionalidad del niño, son incapaces de sentir lo que significan para la gente de la frontera los lazos de hermandad y familiaridad a los dos lados de la imaginaria línea. Para ellos los verdaderos extranjeros son los que envían sus vuelos de muerte a destruir sus vidas y su futuro
Entonces ¡que más da!...si es ecuatoriano o colombiano, solo es un número más en las frías estadísticas de los señores de la guerra.


No hay comentarios: