martes, 11 de marzo de 2014

Ecuador: Crisis del neo-populismo y vigencia de la lucha de clases

Los resultados de las últimas elecciones seccionales, dejaron en el ambiente político la certeza de que el neo-populismo encarnado en el movimiento oficialista Alianza País (AP) está en la curva de decenso, después de casi una década en la que su estrategia de propaganda le diera varios triunfos electorales.
Pero como en política las ondas cortas y largas se manifiestan, parece que AP ha llegado a su límite de reproducción, su construcción discursiva cargada de demagogia a entrado en un callejón sin salida en el que a parecer sus retóricas son solo asimilidas por su adeptos; más allá hay una población que tiene en claro que la figura caudillista de Rafael Correa ya no alcanza para tapar, como el sol con un dedo, toda la compleja red de intereses corporativos y de clase que defiende y hace parte el gobierno.
Con lo anterior queda claro que el discurso social del gobierno es solo eso, un discurso, "inteligetemente" elaborado desde los laborarorios de marketing del correísmo, y que dicho discurso ha caído ya en evidencia de ser demagógico aunque apantallado por una obra física que intenta ocultar la verdadera naturaleza burgesa del gobierno. 
Este gobierno ha llegado a un punto en el que una de sus principales banderas, la de desterrar las prácticas políticas de la llamada partidocracia, es ahora, como desde el inicio del llamado "proceso", una falacia, cuando sus prácticas, en el escenario electoral y como gobierno, han reproducido fielmente el comportamiento político de su supuesta enemiga la "partidocracia".
Lo que es claro que en ningún momento hubo la tal muerte de la partidocracia, esto es muy importante reconocerlo, lo que en realidad sucedió fue un reacomodo de los caudillismo locales representados por algunos partidos políticos tradicionales que se fueron hacia la orilla verde que les ofreció AP, muchos de los cuadros de la derecha, del populismo, de la socialdemocracia, son ahora parte de AP, muchos de los candidatos que aparecieron en este último proceso electoral son aquellos que en algún momento fueron líderes o cuadros de los partidos políticos de la oligarquía, ahora en la filas de AP "santifican" su pasado como explotadores de los trabajadores, como caciques dueños de bienes y vidas, como empresarios inescrupulosos.
Por lo tanto, los pueblos del Ecuador, el poblador rural y urbano pobre, saben que de cualquier color la burguesía no ha dejado de gobernar este país, las gesticulaciones del presidente, su discurso contra la banca, contra los medios, es la mejor pantomima que quedará registrada en la historia política de este país, es la mejor demagogia construida desde las clases en el poder contra el pueblo.
Pero como la sabidiría popular, fuente de eterna sabiduría, no acepta más esta gran mentira en escenario, sabemos, los pueblos del Ecuador, ahora más que nunca, que este neo-populismo no es más que la expresión de la burguesía reencuchada,  que en pacto con la derecha, han armado esta supuesta contradicción de intereses, cuando en los hechos responde a una estrategia de las mismas clases sociales que por siglos han gobernado este país.
La lucha de clases se evidencia, es evidente, el pueblo y sus organizaciones revolucionarias, el pueblo trabajador por un lado y la clase económica y política que gobiernan lo que ellos todavía consideran como su propiedad, este pedazo de la América Latina llamado Ecuador.

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