La posibilidad de aplicar un modelo de desarrollo diferente, alejado de las prácticas viciadas del neoliberalismo, con este gobierno se ve más lejana. Si la tónica, desde la inserción de nuestro país en la dinámica del capitalismo, ha sido la consabida explotación de los recursos naturales, la producción y exportación de materias primas, destinadas a consolidar la economía de países de economías grandes, las consecuencias de esta estrategia ha sido el estancamiento del desarrollo económico y social del país. Este modelo se ha mantenido desde, practicamente los inicios de la república, acompañado de la infantable voracidad de las oligarquías locales que en complicidad con las grandes corporaciones, han sido las encargadas de esquilmar los recursos naturales para benefico de sus monopolios.
Este modelo responde a una matríz más grande en la que se inscribe la economía capitalista, cuya naturaleza exige la explotación irracional de recursos humanos y naturales en aras de mantener su funcionamiento. En base ha esta necesidad insaciable del perverso sistema, se produjo la conocida división internacional del trabajo, que establecía, o más bien, que designaba, a dedo, a las naciones que tenían que ser las proveedoras de materia primas y a contra parte las naciones que había de desarrollar la industria y la tecnología. Concretado este nefasto esquema, las transnacionales se lanzaron a la explotación de las naciones ricas en biodiversidad con el objetivo de monopolizar las fuentes naturales y la explotación de la mano de trabajo. Para hacer más facil sus nefastos planes se valieron y apoyaron en los gobiernos , que a lo largo y ancho del continente respondían servicialmente a estos intereses del capital internacional, y por medio de marcos legales, e ilegales y de uso de la fuerza muchas veces, realizaron la explotación indiscriminada de los recursos sin beneficio alguno para nuestras naciones.
Con la llegada al poder de Rafael Correa, y tomando como referente su discurso, se pensó que este negativo modelo extractivista llegaba su fin, que el festín de las transnacionales no iba más...pero para desencanto de muchos, la realidad reflejada en las acciones y decisiones políticas del gobierno dan muestras de que la línea de acción va por mantener un neodesarrollismo extractivista que condena a nuestro país a seguir siendo el patio trasero de las potencias y corporaciones extranjeras. No hay soberanía!
miércoles, 21 de enero de 2009
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