martes, 26 de enero de 2010

¿ Cuándo la "izquierda" se tiño de amarillo?

"...Roja, roja es la bandera, como es la sangre, de la clase obrera..." gritabamos en las jornadas de huelgas nacionales en los años sesenta, setenta, ochenta, años en los que Latinoamérica soportaba la arremetida completa del neoliberalismo, años en los que el enfrentamiento entre las fuerzas de la burguesía y del pueblo marcaban el desarrollo de los acontecimientos políticos. Época cuando la opción de la lucha armada estaba en el escenario, y la fébril actividad revolucionaria destinaba los esfuerzos a cumplir con la tarea de derrotar en todos los frentes a los gobiernos proimperialistas se hacía evidente.
Hasta que se sucede lo de Berlín, entonces la reacción hace de todos su lectura, la misma que señalaba que la vía del socialismo se mostraba inviable, entonces los "izquierdistas" débiles de compromiso y conciencia empiezan a golpearse el pecho y a renegar de los principios del materialismo histórico...se produce la desbandada que arrastra a los seudo revolucionarios a las filas de la socialdemocracia que intenta convertirse en la opción frente al evidente fracaso de la economía de mercado, y proponen políticas desarrollistas basadas en la misma relación de explotación del capital sobre el trabajo. Por otro lado el movimiento revolucionario sufre los estragos de la arremetida y sus estructuras se sacuden, aunque en casos particulares la acción y el crecimiento tomaron fuerza.
En estas circunstancias aparecen los "nuevos revolucionarios" que llegan desnudando al marxismo de sus esencia, inventado "una tercera vía" que trata de posicionar un denominado "socialismo democrático"... cocinado por la derecha para detener el avance del poder popular. Entonces desde las diversas tribunas, el debate se centra en negar las premisas Maxistas, para en su lugar proponer el análisis estructuralista que es aceptado por quienes pregonan que "los extremos son malos"... desde este discurso, muy cómodos tratan de cerrar la puerta a la revolución.
La izquierda, la que se identifica con los objetivos claros de la construción del socialismo, no claudicó, ni se dejó influenciar por estos inventos intencionales, al contrario desde diversas realidades, hoy continúa forjando la esperanza de la sociedad socialista bajo el color rojo que identifica su lucha. Hoy cuando América Latina demuestra al mundo la posibilidad de crear sociedades donde la justicia, el trabajo, sean los pilares sobre los cuales se levante el socialismo, no le quedará más a los progoneros de la democracia burguesa que hacer la retirada frente al avance de las fuerzas revolucionarias.

1 comentario:

Jaime Chapa dijo...

La evolución existe y lo que fué una forma, no necesariamente tiene que ser una horma para todo proceso. Basicamente la consigna, idea, o postulado creo que se mantiene pero el resto es cosa de cambio y propuesta. Nunca existirá un jesus nuevo ni un che tampoco.