martes, 5 de enero de 2010

Golpear Venezuela: prioridad del imperio en la región

Cuando EEUU se parapetó en la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Irak para derrocar a Sadam Huseim, lo que verdaderamente buscaba era derrocar al gobierno iraquí y asegurar su presencia en la zona, donde sus intereses por las reservas de petróleo nunca dejaron de ser evidentes. A más de calificar a Sadam como una amenaza para región, lo que traducido sin eufemismos significaba amenaza para sus intereses, y los intereses estratégicos de occidente, levantaron toda una campaña mundial a la que se sumaron las potencias económicas del mundo. Lo sucedido posteriormente es de conocimiento general: un país destrozado por la guerra, la balcanización del territorio iraquí, y la generalización de los actos de resistencia que han costado miles de vida.
La misma política imprime el imperio en América Latina, la doctrina Monroe en su máxima expresión, una guerra silenciosa en varios frentes y utilizando diferentes pretextos: "guerra al narcotráfico", "guerra contra el terrorismo", "apoyo militar", "recursos para la cooperación" etc, un coctel de acciones destinadas a diversificar un control estratégico en la región.
La tendencia de imprimir una democracia más cercana a la soberanía de los pueblos latinoamericanos en varios gobiernos es considerada por los poderes de EEUU una amenaza, sobre la que ya tienen preparada una respuesta que se ha venido aplicando en las últimas décadas, en eso consiste justamente la "satanización" de Venezuela como un peligro para las democracias de la región, y las agresiones contínuas a Hugo Chávez, para lo cual han utilizado perfectamente su estrategia preferida, que consiste en delegar el trabajo sucio a sus aliados: las oligarquías nacionales que son las encargadas de prender la hoguera alrededor de la cual pronto bailaran los esbirros imperiales.
Pero parece ser que han tenido que recurrir a movimientos más agresivos frente a la opción de los pueblos del sur por la soberanía. En esto se inscribe el papel de las élites entreguistas de Colombia, el ejército, la policía y los grupos paramilitares que en alianza silenciosa con el imperialismo se dedican, no solo a golpear a la insurgencia puertas adentro, sino que hacen parte del plan para golpear a Venezuela; ya para nadie es un secreto que la prioridad de los EEUU es derrocar a Chavéz por cualquier medio, y parece que en este propósito la instalación de tropas norteamericanas en Colombia cumple un papel preponderante.
Washington decidió que Hugo Chávez tiene que irse, al costo que sea. Y eso significa incluso promover una guerra entre pueblos hermanos como Venezuela y Colombia. Lamentablemente Colombia está bajo control militar y Washington y la oligarquía están dispuestos al derramamiento de sangre.
Queda entonces estar pendientes de las agresiones de EEUU y sus aliados las oligarquías nacionales, para oponer la hermandad de los pueblos y la resistencia a sus guerras contra la soberanía de los pueblos de América latina.

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