El "exorcismo" de la burguesía ecuatoriana

El debate sobre las características y particularidades que debería tener el proceso político y social que lleve a nuestro país hacia la aurora de la revolución social, está lleno de lugares comunes, aberraciones ideológicas e intelectuales, propuestas inviables, hasta anécdotas que rayan en los ridículo.

Todas estas desviaciones ideológicas que no tienen un espacio que realmente sea gravitante en el debate, que desemboque en el nacimiento de propuestas reales que visibilicen alternativas concretas, no son más que producto del estado de desideologización al que ha conducido una meticulosa política y trabajo ideológico aupado por los grupos de derecha, la iglesia, y la escuela (entendido como el sistema educativo en su integridad), trabajo, que por oro lado, ha puesto énfasis en hacer ver al tema de la revolución como uno más dentro del espectro falso de las posibilidades que brinda la democracia burguesa; es así que no tienen el menor empacho en hablar de revolución en medio de sus realidades y debates, en las que identifican a esta como un momento determinado que sirve para limpiar sus "errores" y quizá para reparar sus malos negocios.

Estas son las estrategias usadas por los enemigos de la Revolución, de esta manera han logrado que la población termine por tirar en el rincón más olvidado de su memoria el verdadero significado que representa un proceso revolucionario, que está destinado a pasar por sobre las estructuras del Estado burgués, sustentado en la falsedad de la democracia representativa y en el mito que representa la función de sus instituciones.

Conscientes de que son vendedores de falsedades, los del poder, la burguesía; tratan por todos los medios de posicionar la idea de que esta democracia es lo más avanzado a lo que pueden aspirar los pueblos, tan es así, y están tan convencidos de sus inventos, que se rasgan las vestiduras cuando se da la posibilidad real de que alguna medida de carácter social o político, que redunde en beneficio de sectores golpeados por el sistema, e incluso que esta medida no afecte en nada a sus mezquinos intereses, anteponen todas sus argucias con el único objetivo para que quede anulada la verdad que da luces sobre la necesidad de un cambio de sistema.

Ahora parece que han descubierto la manera de mantener el poder, y al mismo tiempo mantener desmovilizados a sus explotados; es tan clara la estrategia y al mismo tiempo tan invisible, que hace que su eficacia se manifieste para su contento. Es que, en estos momentos, y no necesitan ser directos en su represión, en su explotación; ahora cuentan con la virtualidad de su presencia, pues han sido capaces de mantenerse tras bastidores, es decir, mientras las fuerzas de izquierda tratan de fortalecer su lucha y mientras un gobierno abiertamente socialdemócrata aplica políticas sociales desarrollistas que adormitan a los sectores populares, ellos continúan con sus negocios y su política de explotación contra la clase trabajadora, desarrollándose un falso enfrentamiento de un trilogía (Gobierno-Derecha-Movimientos sociales) en el que el común denominador es permitir la continuidad de un modelo expoliador, racista, tecnócrata...que parece mantener la ceguera frente a la necesidad de justicia social, reclamada por los millones de pobres que se multiplican.

Entonces la burguesía se exorcista, pues a logrado deshacerse de los demonios que la hacía aparecer en su integridad, como lo que verdaderamente es; ahora gracias a un proceso social en que el domina un ambigüedad ideológica de los actores políticos, la derecha fascista, la burguesía, también ha colocado tras este velo, tras el cual trata de invisivilizarse, e incluso aparecer como víctima de su propio sistema.

Por suerte los pueblos del Ecuador, y los verdaderos movimientos identificados con la Revolución Popular, estamos claro de estas estrategias, y continuamos caminando hacia la Verdadera Revolución Popular de los pueblos del Ecuador.