domingo, 13 de junio de 2010

Ecuador: El socialismo del Siglo XXI es anti marxista


Nadie puede negar que el análisis marxista sobre el devenir histórico social de la humanidad, por siglos ha llevado la vanguardia como teoría sociopolítica, todas las demás teorías han salido de este tronco común que es la filosofía marxista, el materialismo histórico y dialéctico.
Muchas teorías desgajadas del marxismo, en nombre de la dialéctica, invirtieron o cambiaron sus principios básicos, y muchos objetaron el hecho de que las condiciones cambiantes de la historia eran la razón para "reinterpretar" los planteamientos, criticando y tachando de dogmatismo a los sectores que proponían la aplicación teórica y práctica marxista originaria; lo que ha quedado claro sobre este debate es que quienes antojadizamente han interpretado la ciencia de Marx, navegan por el mar del colaboracionismo con los sectores de la burguesía, a nombre de una "actualización" del pensamiento del socialismo científico.
Dentro de estos sectores encontramos la más variada fauna de intelectuales, estadistas, periodistas, militantes de organizaciones... para quienes Marx legó una obra inconclusa, que según estos "iluminados" son los encargados de terminarla. Y más aún, osan reclamar para sí la verdad revolucionaria. Son estos sectores los que han ido trastocado conceptos claves por otros que reflejan, no como dicen ellos una actualización de frente a las nuevas condiciones históricas, más bien posiciones displicentes con el desarrollo del capitalismo; es decir sus teorizaciones no parten de la necesidad de desarrollar nuevas estrategias teóricas y prácticas como herramientas de los pueblos para la empresa revolucionaria, al contrario sus revisiones teóricas cumplen el papel de ser artilugios, de un también falso debate que eterniza la explotación de una clases sobre otras.
La verdad no necesita pregoneros, y en este caso los hechos dan razón a lo expuesto. No sin dejar en claro que militantes y organizaciones revolucionarias son la que día a día, en la lucha persistente contra el sistema, inventan, dinamizan sus prácticas, desarrollan la teoría, actualizan sus programas, renuevan sus iniciativas, ponen a punto su táctica y estrategia en concordancia con las condiciones históricas; todo esto a diferencia de los teóricos contrarevolucionarios que hacen el trabajo de cambiar los principios políticos de marxismo, identificando su práctica con los intereses de las clases explotadoras.
Llamar a los pueblos a construir una revolución desde las prácticas políticas de la burguesía, en nombre de un socialismo del siglo XXI, es por demás falso, es falso por que estas propuestas nacen de sectores identificados con una clase media históricamente contrarevolucionaria, es falso por que en su "interpretación" del socialismo, se atreven a votar al tacho de la basura los principios básicos de marxismo, de la lucha de clases, de la teoría científica social, y en su lugar plantean toda una serie de pensamientos y prácticas que terminan siendo del agrado de las burguesías nacionales, que son la cantera de donde salen los intelectuales y teóricos del socialismo del siglo XXI.
Los revolucionarios y los pueblos del Ecuador, tienen clara la naturaleza de esta falacia llamada "revolución ciudadana", y mientras se desarrolla este gobierno asistencialista, es necesario mantener en alto las armas de liberación, que son la teoría y la práctica desde los principios de marxismo, único camino de victoria popular.

1 comentario:

MALIME dijo...

El marxismo no es dogma de fe, sino una guía para la acción revolucionaria en permanente autocrítica y desarrollo. Los que se atreven a renegar del marxismo por considerarlo anticuado y se inventan formulas abstractas como “Socialismo del Siglo XXI”, nunca han comprendido la base científica de esa teoría y el método de análisis materialista y dialéctico. Caen en posiciones metafísicas históricas, no dialécticas.
Desgraciadamente, también hay muchos marxistas que sin poner título al estilo Siglo XXI, caen en el idealismo grupuscular al aceptar el juego institucional burgués, intentando perfeccionarlo en vez de instrumentalizarlo revolucionariamente para generar poder alternativo, como supo instrumentalizarlo Lenin para intentar generar poder alternativo a través del soviet como forma de democracia participativa directa de abajo arriba de los trabajadores.
Otros desde posiciones izquierdistas no tienen en cuenta la realidad política, idealizan, se niegan instrumentalizar los resquicios de la legalidad burguesa, limitándose a lanzar proclamas de que les sigan a tomar la calle, en vez de tomar los centros de producción, sin ninguna fuerza en la que apoyarse, desorganizados y sin ninguna influencia en los centros laborales, sindicatos, asociaciones culturales, educacionales, etc. Es decir sin militantes vinculados directamente a las masas trabajadoras hoy tremendamente alienadas sobre todo en los países del llamado primer mundo, necesitadas del conocimiento objetivo sobre la realidad que les hacen vivir.
A lo sumo asumen el marxismo dogmáticamente, interpretan que después del capitalismo vendrá el socialismo por obra y gracia de una inspiración revolucionaria, sin teoría, sin formación militante de los grupos revolucionarios.
Sin teoría revolucionaria es imposible un proyecto organizativo revolucionario.
En esta dirección resumo el por qué fracasó el llamado Socialismo Real:
http://www.kaosenlared.net/noticia/construyo-muro-berlin-cayo
y otros artículos en esta, por fechas o número de lecturas:
http://www.kaosenlared.net/buscar/autor/Malime