La Organización Popular y el Poder Popular, son dos de los muchos pilares sobre los que se funda una revolución libertaria. Tanto la organización, como el Poder Popular, son el resultado de procesos, en los que la acción y la educación marcan la consolidación de los movimientos revolucionarios en el objetivo de construir la sociedad socialista.
Entre estas dos categorías existe una dinámica, en la que el Poder Popular es una consecuencia de la Organización Popular, y esta a su vez es la manifestación del Poder Popular; es decir no existe la una sin la otra. A más de complementarse, entre ellas actúan factores de diversa naturaleza, unos concretos que tienen que ver con las condiciones sociales, el contexto histórico, las relaciones de clase, el nivel de conciencia etc; y otros menos explícitos como el trabajo encubierto de la contrarevolución que acciona directamente contra el crecimiento de la organización popular usando todos los medios.
Las amenazas vienen de diversos frentes que, aparentemente, no tienen relación alguna, pero en los realidad hacen un solo frente que reúne desde bandas paramilitares, hasta "inocentes" intelectuales que hacen de padrinos de la reacción.
Todos, por igual, son peligros latentes para los objetivos de la Organización Popular, pues desde,el mercenario más violento, hasta el más ínfimo recadero de la burguesía, tienen clara la misión de golpear al movimiento revolucionario; y lo hacen sin tregua; a pesar de lo cual la historia a demostrado la capacidad de resistencia y acción de los revolucionarios y sus organizaciones, que ha redundado en gloriosos triunfos sobre las fuerzas enemigas.
Pero existe un enemigo igual, o más peligroso; es aquel que abraza la causa con una carga ideológica contraria a la revolución; aparentemente lo hace inconsciente, lo hace sin intención de ser un obstáculo, pero la verdad es que este enemigo no es nada improvisado, pues es el resultado de la acumulación de fuerzas contrarevolucionarias, que usando las armas ideológicas a posicionado a un sector de la burguesía como supuestos representantes de los pueblos identificados con los procesos de liberación, cuando en verdad se trata de sectores cuyo accionar político está encaminado a impedir el desarrollo de la Organización y Poder Popular.
Este sector es el que actualmente detenta la institucionalidad gubernamental en el Ecuador, expresada en una bien definida tecnocracia que ha elaborado un discurso de izquierda perdido en sus contradicciones, pero definido en acciones claramente contrarias a los objetivos populares; pues son quienes destruyen, impiden, desmantelan, atacan, la organización popular; en nombre de una "revolución ciudadana" marcada por una mezcla socialdemócrata y populismo que deja vía abierta a una burguesía, que en los hechos hace de co-gobierno de esta seudo revolución para la que únicamente es necesario un mesianismo rodeado de agentes cuyo único interés es aniquilar la construcción del Poder Popular.
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