martes, 10 de agosto de 2010

Ecuador: 10 de Agosto...el primer grito que no se apaga


"Los cimientos de la Patria para que sean perdurables, deben armarse con sangre"...

Colonia, concepto que hasta estas alturas del siglo XXI sigue siendo una realidad. Realidad que reproduce el saqueo y explotación de pueblos sometidos bajo el poder militar-económico, en un mundo que conserva las relaciones de subordinación de unos países a otros bajo la ilógica dinámica del capital. Dinámica que reproduce las injusticias contra millones de seres humanos condenados a servir, bajo condiciones de explotación, el status quo de corporaciones transnacionales que en última instancia hacen de una especie de gobierno mundial.
Esta situación es herencia de la repartición de mundo entre las potencias mundiales a inicios de la concentración originaria del capital, que demandó el sometimiento de sociedades que aportaron en la cimentación de las bases del capitalismo, con mano de obra, recursos, materias primas, y más aun con la destrucción de su soberanía.
Para la época de referencia, siglo XVI, Europa, con Inglaterra a la cabeza, hacía de uno de los mayores representantes del poder colonial, secundado por Francia, Italia, Portugal, España; y las relaciones entre estos se resumía en una competencia desbocada por abarcar más y más geografía que les permitiera expandir su comercio, y la explotación de materias primas; en ese afán sometieron y produjeron genocidios en África, Asia, América destruyendo a su paso culturas milenarias en nombre de su obra "civilizadora", empresa que hipotecó la historia de estos pueblos.
América en manos del imperio español sufrió siglos de violencia y saqueo, esta situación empujó a los pueblos a buscar su autodeterminación, la ruptura de las condiciones, empujados por situación extrema de colonialismo. Empresa, lucha que nació y creció siguiendo el legado de la resistencia indígena a lo largo de la presencia extranjera en el continente, huella regada y reproducida con la sangre de miles de mujeres y hombres continuadores en la tarea de dignidad colectiva en la América mestiza.
Ecuador, y los demás pueblos maduraron las condiciones para romper violentamente con las relaciones coloniales con Europa, momento supremo en la historia común de América Latina, momento en el que se hizo evidente el temple y naturaleza de combate por la libertad y la justicia de los hijos de esta tierra. Revolución engendrada desde la sangre indígena y mestiza que apuntaba hacia la independencia con justicia social.
Al final la historia se escribiría con la razón de las masas, y el poder colonial europeo tendría que aceptar la irrupción del paso arrollador de los pueblos libres. Después, la traición de las clases aristócratas, de los sectores secundados por los colonizadores, que tomaron las riendas de la institucionalidad de las nacientes repúblicas para implantar regímenes que borraron los objetivos profundos de las luchas independentistas, para en su lugar inaugurar nuevos siglos de sometimiento de los pueblos en nombre de otros amos y explotadores.
Por esto es que el grito de la independencia no se ha apagado, sigue retumbando en el pensamiento y en las acciones de los pueblos de América, víctimas del neocolonalismo que consume su libertad y riquezas; neocolonialismo que es el combustible para el estallido de la revolución popular que terminará con la obra digna de la libertad y la soberanía.
Es historia ese pensamiento anónimo pintado en las paredes de Quito luego de conseguida la expulsión del colonizador europeo, graffiti que sabiamente advertía de la continuación de la resistencia..."Último día del despotismo, y primero de lo mismo"

1 comentario:

ksy dijo...

solo quiero felicitarle porq me encantan sus escritos, espero q sigue adelante y nunk deje de escrbir sobre la realidad politica en la que nos encontramos.

abrazos!!