lunes, 11 de mayo de 2015

A propósito de la visita del Papa a Ecuador

Inexplicable, inaceptable e incoherente que un Estado declarado laico, como el caso del ecuatoriano, desde el gobierno promocione la visita del gerarca mayor del catolicismo. El derecho a la libertad de culto exige del Estado una total independencia en los temas religiosos. Y más aún es inaceptable que se tengan que desembolsar 10 millones de dólares con motivo de esta visita.
A criterio personal el Papa representa, a pesar de la imagen vendida al mundo, las posiciones ya conocidas de la iglesia católica, estás son contrarias al desarrollo del pensamiento, una iglesia patriarcal, retrógada en temas de los anticonceptivos, aborto, homosexualidad. Frentre a estos temas los golpes de efecto mediáticos del Papa Francisco quedan pequeños, más aún cuando el Vaticano sigue siendo un espacio político inexpugnable, que guarda los más oscuros misterios del poder la iglesia.
Es entendible, desde la visón de Correa, que se promocione la visita papal desde el punto de vista del cálculo político; ya no sorprende la capacidad del gobierno de hechar mano de cualquier personaje o circunstancia para formatear su imagen pública.
En este caso la visita del Papa, es presentada desde las oficinas del marketing del gobierno, como la presencia de un representante de una iglesia progresista, lo cual está lejos de la verdad.
Jorge Mario Bergoglio, se presenta como el "Papa bueno"; e hizo su aparición en momentos de mayor crisis de la iglesia católica y del Vaticano; cuando las denuncias contra muchos sacerdotes por pederastas estaba poniendo en tela de duda la honestidad de las autoridades del Vaticano por hacer justicia verdadera frente a estos bochornosos hechos, en esta coyuntura la elección de Bergoglio llegó a poner una pantalla para ocultar la verdadera naturaleza de los escándalos; escándalos que se extienden a otras esferas como las económicas, mal manejo de recursos, en fin, el misterio de la cuentas millonarias del banco del Vaticano.
Nada ha cambiado en las altas esferas de la iglesia católica, al contrario una imagen bien pensada para la venta de un "papa progresita" ha quedado justamente en eso, en un producto para el consumo al gusto de las exigencias de los fieles.
La visita el Ecuador de Bergoglio no pasa de ser una visita de un mantenedor del status quo del sistema, recibido por otro (Correa) que al igual que él se declara de mente progresista, cuando en los hechos sus acciones han multiplicado los motivos para agrandar las diferencias de clase, mantener criterios puristas, moralistas, disciplinarios, desde el manejo de un Estado laico, al cual lo ve como instrumento de adoctrinamiento religioso.
10 millones de dólares serán despilfarrados, cuando Ecuador, su pueblo, ese pueblo que no hace parte de la imagen del mal llamado "milagro ecuatoriano" sigue demandando un poco de cordura, un poco al fin de justicia social.

No hay comentarios: