Es necesario, en este momento histórico, por el que pasa la formación
social del Ecuador, sacar algunas conclusiones sobre la correlación de
fuerzas políticas en el escenario de la lucha de clases en nuestro país.
Lo
que salta a primera vista como un hecho evidente es el carácter de
clase burgués del gobierno de Rafael Correa, no hay donde confundirse al
retratar este gobierno abiertamente antipopular, reformista; que basa
sus acciones en la visión capitalista de una modernización de las
estructuras del Estado burgués, para ponerlas acorde a la dinámica de
fuerzas político-sociales en el mundo, en el contexto de la guerra
económica inter-imperialista.
En este sentido, el gobierno hace de
piedra angular a los intereses del capital nacional y transnacional,
apantallado en un discurso populista que lo presenta como una
administración antagónica a los intereses de la derecha, y de la gran
burguesía del Ecuador. En los hechos, ambos sectores participan del
manejo de la institucionalidad estatal con claros objetivos de mantener
la explotación de los trabajadores, obreros, campesinos y sectores
proletarios del Ecuador.
En esta disputa inter-buguesa los medios
de comunicación cumplen su papel, reproduciendo día a día el culebrón
novelero de la supuesta antagonía de estos grupos, así tienen a un
sector de la pobación engañados, aparentando ser opuestos, cuando bajo
la mesa articulan el mantenimiento de las estructuras económicas de
explotación capitalista.
En realidad hay que manisfestar que
nunca en el Ecuador ha dejado de gobernar la burguesía. Los partidos
políticos en el Ecuador nunca se diferenciaron cualitativamente,
ideológicamente; es como el monstruo de mil cabezas, en este caso
llámese como se llame el partido político o movimiento, siempre han
hecho parte de esos sectores que buscan simplemente llegar al poder por
medio de voto, para desde el poder mantener su privilegios de clase.
Empezaba
este artículo con las palabras "es necesario", porque el momento
histórico lo amerita, de poner en la guillotina de la crítica a la
izquierda tradicional; esa izquierda que de alguna manera sigue
haciéndole el juego a la burguesía, esa izquierda que se olvidó que el
objetivo principal de la organización popular es la lucha, la conciencia
de clase, la organización para la acción revolucionaria.
Lamentablemente
la izquierda en el Ecuador se ha puesto a la cola de la derecha, de la
socialdemocracia, del populismo, al poner en primer plano de sus
programas la participación electoral. De esta manera han desvirtuado la
naturaleza del movimiento popular revolucionario.
Es triste ver
las manifestaciones de esta izquierda con carencia de consignas; la
oposición a la reeleccion indefinida del Presiente parece ser el única
consigna, y en esta se alinean con la extrema derecha en el mismo
objetivo.
De esta manera se puede decir que hay supuestamente tres
sectores, a grosso modo, que se mueven en el tablero político nacional,
la burguesía burocrática, o los nuevos ricos del país cobijados por las
banderas verdes del correismo, sector eminentemente contra
revolucionario, represivo; la derecha tradicional que mantiene sus
espacio de poder económico y de comunicación, apoyados desde el
correísmo, derecha que gobierna desde el interior del movimiento Alianza
País (AP); y una izquierda que se ha puesto a la cola de los intereses
electorales de la burguesía, olvidando el objetivo último del movimiento
popular, esto es luchar, organizar, concientizar, y golpear al poder
mediente la lucha frontal al sistema, muy lejos de los intereses
electorales.
Así las cosas, el pueblo, las bases, los pobres del
Ecuador, trabajadores, jóvenes, mujeres revolucionarias van levantando
otras banderas que van abriéndose paso en el escenario de la lucha de
clases de nuestro país. Estos sectores revolucionarios no juegan con
opciones electorales, van organizando la resistencia popular para
golpear con organización y acción al Estado burgués, buscando la unidad
del pueblo para la lucha, no para hacer parte de la farza electoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario