domingo, 21 de enero de 2024

Distopía

 Se plantea como posibilidad que las sociedades colonizadas son las que viven abiertamente una especie de distopía, que haría parte de su tiempo.

Es que no se necesita ser experto para dejar sentado que son las regiones del mundo en las que el colonialismo se ensañó, las que ahora sufren situación de neocolonoalismo, disfrazado de democracia, y que presentan los efectos de esta historia, presentes de todas las formas negativas en la vida social.
Ese término inventado para explicar un estado de cosas en las que la enajenación humana ha llegado a límites de conflicto, estado de cosas en las que la crisis cultural raya en la devaluación y posterior desaparición de las expresiones del arte, y en su lugar se instalan expresiones vulgares, grotescas, que son alegoría de la violencia. Lo decía Orwell: "lo más característico de la vida moderna no era su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido". Ahí un espejo de cuerpo entero de los viven las grandes capitales y ciudades en estos países.
Esa parte de la población en la que podría caber un grano de esperanza, estamos monologando sobre la población rural, las prácticas rurales, los conocimientos que podían haber sido una puerta a otro tipo de desarrollo; son ahora los primeros grupos humanos que quedan al margen del desarrollo de la sociedad informática; mientras los desechos humanos de las ciudades son lanzados a la violencia de la que se vuelven protagonistas degenerados.
Situación en el que las instituciones de estos Estados neocoloniales son espacios de corrupción y pugna por el poder entre grupos que utilizan la política para posicionarse socialmente en la loca carrera por el poder y el dinero, ahora aliados con las mafias; al mismo tiempo que pactan con los países colonizadores para aplicar políticas de ajuste, que como siempre multiplican la pobreza, la ignorancia, la marginación de millones de personas, especialmente jóvenes que en todos estos países pasan a engrosar la filas del crimen organizado que ha tomado fuerza inaudita en casi todas estas regiones.
Se agrava la situación cuando los distintos estratos sociales comienzan a ver al enemigo entre ellos; el conflicto de clase de agudiza, el narcotráfico es el edén de los pobres que quieren imitar la riqueza de sus patrones.
No tenemos soluciones porque desnudamente queremos decir que siguiendo la línea Orweliana de la idea de sociedad distópica, solo quedaría por concluir con la pregunta:
La situación actual tiene fin?
O el fin es intrínseco a la historia.

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