Ecuador: Por qué votar nulo
Por Pablo Arciniegas Ávila Publicado el 16 Dic, 2024
Tenía ocho años cuando Roldós fue proclamado presidente, un socialdemócrata con discurso populista que era la continuidad del poder de las élites que se habían feriado los recursos del boom petrolero con el triunvirato. Será que pasó menos de un año, cuando los trabajadores salían a las calles a gritar «no hay azúcar, no hay arroz, por la culpa de Roldós, era la muestra clara de un gobierno anti popular. Eso de que rescatan en la historia a Roldós como un buen presidente, es solo parte del imaginario romántico de la clase media. Después de su muerte, asume Oswaldo Hurtado, quien dio continuismo a la políticas económicas de ajuste, así dejaba la puerta abierta al puro neoliberalismo privatizador, medidas de beneficio para la misma clase social que venía enriqueciéndose a costilla de la situación precaria de los trabajadores. Después la izquierda democrática llega al poder con Rodrigo Borja, un académico adepto al llamado «socialismo democrático» oscura ideología que era continuismo de las políticas que beneficiaron a la misma clase social, y agrando la brecha entre pobres y ricos, con la aplicación del famoso gradualismo, Durante su primer año de mandato, los principales problemas que enfrentó fueron la alta inflación, que llegó al nivel histórico del cien por cien en mayo de 1989, y una creciente deuda externa que alcanzó los $ 11.000 millones. Para evitar que la situación se agudizara aún más, Borja adoptó medidas económicas anti populares, como el incremento de los de los precios de los combustibles, factor que agravó más la inflación, lo que a su vez puso el peso de la crisis sobre las espaldas de los más pobres, como antes, como después, como siempre. Ahí viene León, del que no es necesario mucho decir sobre su gobierno abiertamente mafioso, represivo, que gobernó para beneficio de industriales y banqueros amigos del presidente. Muchos compañeros cayeron bajo las balas del ejército y la policía al servicio de los oligarcas.
Después Abdalá llega con su banda de delincuentes como ministros a destrozar a la clase popular. El pueblo lo sacó del poder con la fuerza de las manifestaciones callejeras. Asume un títere de la burguesía Fabián Alarcón, cómplice del bucaramato, otra vez continuismo, decir que Alarcón se limitó a administrar de una manera bastante mediocre lo que heredó, puesto que ejerció un interinazgo entre el 97 y el 98, que implicó mantener y continuar el modelo empresarial que se venía construyendo en los años 80 e inicios de los 90. Y sucedió así cuando Jamil Mahuad llegó al poder, quien abiertamente aplica políticas anti populares, feriado bancario, dolarización, siempre con el pretexto de la crisis creada por ellos mismos.Llega Gustavo Noboa a terminar la obra de Mahuad, Lucio Gutierres continuó por el mismo sendero de corrupción y políticas contra el pueblo trabajador. Cae por presión popular y asume Alfredo Palacio un tibio pero servil representante de la burguesía que aplicó la mima receta de sus antecesores. Correa llega con la máscara de ser otro sector, pasado el tiempo su modelo diferente en discurso, pero continuador de desprecio por los trabajadores las clase populares los pueblos indígenas. siguió la corrupción ampliada a diez años lo que destrozó el Estado y la condiciones de vida de la población. Una banda de ladrones, como de todos los gobiernos anteriores, deja a Moreno mediante fraude electoral, y Moreno desgobierna para el pueblo como todos los anteriores. Llega Noboa a servir a la misma clase social, con la misma prepotencia de los anteriores desgobernates.
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