martes, 24 de mayo de 2011

Ecuador: La crónica roja... ¡ya es de todos!


Una de las muestras más palpables de la naturaleza del Gobierno de la llamada revolución ciudadana (con minúsculas, no puede ser de otra forma) es el manejo que ha hecho el gobierno de los medios de comunicación incautados al grupo delincuencial Isaías. En este manejo se evidencian de cuerpo entero las motivaciones de toda la tropa de AP, se evidencia igualmente la visión egoísta y la carencia de sentido político de compromiso con la causa de los pueblos explotados desde antes de la República; con esta muestra queda más que claro que los ideólogos de esta caricatura de revolución, no son más que retoños de la gran burguesía, con quienes han compartido las aulas de las universidades, los puestos burocráticos, el despilfarro de los bienes de todos, y su mesianismo vacío que dicta a sus conciencias distorsionadas que hay que dar la mano al pobre, y claro después lavársela.
Siete de la noche: en el canal de TV TC incautado por el Gobierno, sale al aire el programa "Sorprendente" un producto de la más baja ética en comunicación, donde los protagonistas de las historias expuestas son pobladores de los barrios marginales víctimas de la pobreza material y cultural, sobre quienes unos "periodistas" cometen violación a la privacidad de las personas al hacer públicas situaciones difíciles, dramas humanos que son presenciados por millones de personas que al final digieren "la noticia" con la misma parsimonia como se mira por una ventana a la nada. Corte. El presentador, un tipo que trata de lucir un histrionismo forzado, con voz entre cómica y dramática, da cuenta de un linchamiento a un ladrón de celulares en un barrio periférico; entre bromas y deseos de que el ladrón reciba su castigo, da paso inmediatamente a una nota sobre algún extraño animal con más patas de lo normal. Corte. Primer plano de la presentadora de rostro estéticamente preparado con sobrecarga de maquillaje, el texto que recita da cuenta de la muerte de un anciano atropellado en la vía pública por un conductor desprevenido; al final de la nota, la presentadora con una sonrisa da paso a su compañero en el otro estudio.
La realidad es tratada con esta misma ligereza fuera de las pantallas. La crónica roja da muestras de una descomposición social, que los gobiernos burgueses logran camuflarla a fuerza de hacerla cotidiana, mientras más exposición tiene la tragedia de los sin tierra, sin trabajo, sin vivienda, sin educación...más parte del paisaje se vuelve esta dura realidad; y ahí queda en discurso la necesidad de ética y razón en la programación y tratamiento de la noticia, cuando la crónica roja sirve de distracción, de circo, detrás de cual carpa se esconden los negocios de los revolucionarios ciudadanos.
En fin, para mantener el concepto propagandístico de la "revolución ciudadana"...digamos "La crónica roja ya es todos" Corte, y fin.

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