miércoles, 15 de febrero de 2012

Políticas Públicas: Esperanza con marketing


El gasto fiscal destinado a políticas públicas, enfocadas en segmentos populares que están fuera de la dinámica del proceso de circulación de renta, ha crecido en América Latina, especialmente en los países en los que la opción electoral dio paso a gobiernos de centro izquierda con discursos populistas identificados con ideas de inclusión social.
Brasil es quizá el caso con más data dentro de la aplicación de estas políticas, desde la década de los 80 con el Gobierno de Itamar Franco, se desarrollan programas sociales que cumplen el papel de dinamizar una urbanización a ritmo acrecentado. Como es sintomático en muchos de los países latinoamericanos, las migraciones internas campo-ciudad exigen a los Estados planes y políticas públicas para enfrentar esta diáspora. La relación del Estado con estas segmentos sociales mantiene los patrones de establecer una relación por cooptación, dejando los espacios de la política como espacios imaginarios del poder para la mayoría de la sociedades.
Con el fuerte fracaso de las políticas de corte económico-liberal, las tendencias cedieron espacio, como resultado de esto, a gobiernos autocalificados de izquierda, que acogen la estrategia de apostar más capital al área social, bajo la presión de una pobreza creciente, y bajo la presión de cumplir con programas que son los que sostienen la imagen social de estos regímenes.
La aplicación de mayor gasto social en áreas como de la salud, de la educación, vivienda y otros proyectos sociales, no dejan de ser acciones desesperadas del modelo por aplacar la cara más ruin de su política.
De ser así esto, las políticas sociales implantadas por gobiernos de la electorera izquierda, serían parte del plan macro, de maquillar la crisis por medio de dádivas a las familias más pobres, como una promesa tardía que las invita a ser parte del consumo, de generación de renta arrancada en condiciones siempre, y aún hoy más, desfavorables. Como efecto, la reproducción de las condiciones de explotación.
Parecería contracorriente criticar las políticas públicas de estos gobiernos, de algún modo programas como "Bolsa Familia" en Brasil, o "Bono de desarrollo humano" en Ecuador, han bajado matemáticamente el número de personas en límites agudos de pobreza; y no menos resultados han tenido programas con grupos sociales en riesgo; sin embargo, no deja de ser necesario señalar que dichas iniciativas llegan a ser muy limitadas por su naturaleza clientelar, populista, que deja espacios abiertos para que una tecnocracia tome el papel de antiguos colonizadores.
El tema de debate va en dirección a proponer la reflexión sobre el nivel de libertad,de fortalecimiento de la democracia, de los niveles de participación, que brindan las políticas públicas, de saber si ellas no son una herramienta de reproducción y circulación de renta, en fin de configurar un necesario espacio de duda sobre sus logros, más allá de los discursos triunfalistas y las cifras de las estadísticas.

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