domingo, 18 de marzo de 2012

La Sociología en tiempos de seudo-revoluciones


La experiencia de compartir conocimientos en el área de la sociología dentro de la academia, de revisar bibliografía, textos, autores clásicos, modernos, deja una sensación de complicidad con la realidad de desigualdad que expresan las modernas sociedades.
Desde el pensamiento sociológico preocupado por explicar la complejidad del ser humano en sociedad, sus instituciones, sus valores, ideas colectivas, queda un vacío grande al momento de señalar objetivamente las causas últimas de la injusticia, la muerte, el hambre, la pobreza; tal vez los teóricos y cientistas sociales parten del supuesto subjetivo de que sus reflexiones están más allá de lo cotideano. El discurso de la sociología muchas veces parece ajeno a la realidad, a pesar de partir sus cavilaciones sobre una base empírica, más, la sensación de estar lejos del estómago de los pobres es igual muchas veces una constatación empírica.
Desde los autores clásicos de la sociología, pasando por la elaboración teórica y científica del marxismo, hasta llegar a las teorías posmodernas, todos buscan de una manera u otra proponer el camino para que un tipo de moral social de paso a formas de convivencia social en las que el ser humano ejerza sus deberes y derechos dentro de la colectividad; más ha sido solo el marxismo la teoría que ha dado los factores de causa-efecto para explicar la explotación, discriminación de unos sobre otros, las demás torizaciones quedaron en el camino ofreciendo métodos o explicaciones que de ninguna manera tocaban estructuras o movían a los grupos subalternos a buscar sus espacios de expresión, en una dinámica que establece la explotación como condición indiscutible de desarrollo de las sociedades.
La teorías, debates, propuestas planteadas despúes del siglo XIX se basaron en el pensamiento de Marx, y sin inventario de causa criticaron a él, basándose en sus mismos preceptos teóricos, elaborando todo un complejo sistema de ideas y representaciones, usando un lenguaje por demás elaborado que alejó aún más a la sociología de las necesidades inmediatas de las masas de hambrientos en el mundo.
El dilema es saber si la sociología, en épocas de posmodernidad es una ciencia encerrada en si misma, o es un ejercicio que rebasa los muros de la academía para aterrizar en la realidad de los expulsados de la realidad.
América Latina sin duda vive momentos de cambios, la preocupación del Estado por la situación desbordante de pobreza creada por el sistema exigue de estos estados políticas desesperadas que detengan una explosión de la realidad.
Otras veces la exploción de la realidad parece inevitable, parece ir de la mano con una lógica del sistema, en la que la destrucción de valores hsitóricamente humanos, se ven trastocados con violencia por una avalancha sintética impregnada en la mente de las masas.
La sociología parece cumplir un papel subordinado a las clases del poder económico, a pesar de que sus productos teóricos hagan discurso contestatario, sus reflexiones parten de la academia alimentada con los recursos del capital. Encuentros, seminarios, lanzamientos de libros, palestras, y las aulas universitarias parecen no dar pie con la realidad, más aún cuando la palabra y el concepto REVOLUCIÒN ha pasado a ser parte del arsenal de subjetividades construídas sobre la realidad esquivando la parte más real de ella: el hambre de millones de sujetos sociales.


No hay comentarios: